El autocuido: más allá de masajes y faciales
El autocuido es un tema que se ha puesto muy de moda en los últimos años. Las personas lo mencionan mucho al hablar de masajes, mascarillas faciales, clases de yoga, etc; pero el autocuidado va mucho más allá de masajes y faciales.
Realmente, el autocuido es todo eso que hacés para buscar tu bienestar integral. Si no te cuidás, las interacciones que tengás con otras personas van a ser limitadas, así como tus posibilidades de lograr esas cosas que te proponés.
El autocuido incluye entonces tu bienestar físico, emocional, mental, espiritual y social.
El autocuido físico incluye tus horas de descanso, movimiento corporal, alimentación y controles de salud regulares. Este es importantísimo para tu salud mental porque el cuerpo es nuestro vehículo y si no está en condiciones ideales, tomar decisiones y regular nuestras emociones se vuelve más complicado.
El autocuido emocional significa reconocer, nombrar y expresar tus emociones. Para eso es importante que tengás un vocabulario emocional, es decir, que sepás cuáles emociones existen, que pensés en la función que tienen tus emociones en tu vida y te permitás sentirlas plenamente. Aún cuando no sean siempre placenteras.
El autocuido mental busca cuidar la forma en que te hablás a diario. Qué tipo de pensamientos son más repetitivos en tu vida y qué mensajes te estás dando sobre quién sos y tus capacidades. Con el autocuido mental es importante probar diálogos alternativos cuando nos estamos tratando con mucha dureza. Por ejemplo, podés pensar qué te diría una amistad si te escuchara diciéndote esas cosas que pensás.
El autocuido social propone que te cuestionés que tal están tus relaciones. Aquí es importante pensar en cuáles son tus necesidades, tus límites y cómo comunicarlos de forma asertiva. Pensá si las personas que te rodean te aportan o te quitan energía y si le estás dedicando suficiente tiempo a cultivar las relaciones con personas que apreciás.
Y por último, el autocuido espiritual se refiere a la conexión que tenés con el mundo a partir de tus valores. Ya sea desde un propósito, tu entorno, tus creencias religiosas, etc. Para muchas personas esto es una religión, para otras su activismo, o su conexión con la naturaleza. No hay una sola forma de vivir el autocuido espiritual pero todas las personas lo tenemos.
Por muchos años nos mostraron el autocuido como algo egoísta, donde estábamos pensando en nosotros y no en otras personas. Y en los últimos años nos lo han vendido como una serie de productos o servicios que tenemos que adquirir. Pero el autocuido va más allá de eso, no es egoísta, ni una forma de gastar dinero, es una forma de ver la vida. Donde valoramos el cuido colectivo y nos contamos dentro de las personas que tenemos que cuidar.
Porque también lo merecemos.